Durante tu vida diaria es probable que en tu camino se cruce una auténtica obra de arte que se mezcla con la cotidianidad. Quizá no lo sepas, pero esa estructura en los cruces de Arcos e Inglaterra lleva por nombre el Pájaro Amarillo.
Se trata de un auténtico símbolo que muy pocas veces recibe la atención que se merece, de un artista de talla internacional. Hoy te contaremos un poco la historia de esta obra… después de leerla, seguro tu perspectiva de ella cambiará.
¿Quién era Mathias Goeritz?
Este historiador del arte, arquitecto y pintor nació en Danzig (hoy Gdansk en Polonia). Después de desarrollarse profesionalmente en España y Marruecos, llegó a México en 1949, donde conoció a uno de los arquitectos más reconocidos de nuestra ciudad y del mundo: Luis Barragán. El único mexicano galardonado con el Premio Pritzker, el “premio Nobel de la Arquitectura”. De dicha amistad surgirían las famosas Torres de Satélite y el Pájaro Amarillo.
Nuestra ciudad tiene la suerte que esta estructura sirva como ingreso al fraccionamiento Jardines del Bosque desde 1957. La idea de Goeritz y Barragán era crear un remate del pájaro con la fuente de la glorieta de Arcos y Niños Héroes. Como dato curioso, el color original del pájaro era rojo, de ahí que algunos lo conozcan como Pájaro de Fuego.
El Pájaro Amarillo, arquitectura emocional
Goeritz fue un gran impulsor de este movimiento que se basaba en el color y la geometría abstracta. El objetivo de esta corriente era que la arquitectura, además de servir, también pudiera crear emociones y sensaciones en el espectador, de ahí su nombre. Otras de las obras donde podemos encontrar la firma de Goertiz son la Corona del Pedregal, la Ruta de la Amistad, Centro del Espacio Escultórico, todas en la Ciudad de México.
Por desgracia, el Pájaro Amarillo está un tanto abandonado a su suerte e incluso se ha vandalizado. Una buena forma de rendirle tributo es tomarte unos minutos para apreciar esta obra y contarle esta historia a los demás. Así, esta escultura de 15 metros de largo por 12 de ancho se anidará en la cabeza de los espectadores para despertarles emociones. Justo como Goeritz hubiera querido.
📍Av. de los Arcos 601